viernes, febrero 5

De la incredulidad

Sí, el terremoto de Haití lo provocó un proyecto supersecreto (que todo el mundo conoce, hasta los gatos saben ya que se dedican a la investigación climática con usos prohibidos por el derecho internacional, también sabemos que la base del proyecto está en Alaska, vamos, que es el secreto mejor guardado desde el Área 51). Pero esto es en más bien una tapadera, lo que éste proyecto encubre es una conspiración judeomasónica que pretende dominar el mundo con el auspicio de los cuerpos de seguridad del estado, y está liderado por zETApé, Hugo Cávez, Obama y la ETA, que se pretendían adueñar del territorio haitiano, y robarles todos sus recursos (todos ellos, valorados en unos -800 millones de $). Somos fácimlente engañables, ésta gente lo sabe y se aprovechará de ello, y cuando llegue el día en el que se apoderen del mundo, no digáis que no os lo advertí.

Pero afortunadamente aún quedamos nosotros, la materia gris de Europa, la que no se duerme ni se deja engañar ni por ella misma. Los que centramos nuestra capacidad cognitiva en lo realmente importante, porque, ¿acaso ayudar a los que sufren en Haití no puede esperar hasta que descubramos quién es el responsable? ¿Acaso creen que desviaremos nuestra atención dejándonos engsñar por leyendas urbanas que nos cuentan cosas sobre scaners corporales en aeropuertos que invaden nuestra intimidad, o sistemas de escucha inteligentes? ¿A quién le importa que incluso en Europa se arueben leyes discriminatorias hacia musulmanes o gays, que occidente siga mandando más y más tropas a matar afganos, o que cada vez más gente vote a Rosa Díez y su séquito; mientras la verdad – no una verdad cualquiera, sino esa verdad de la que nos hablan Mulder e Iker Jiménez – sigue ahí fuera? Afortunadamente seguimos nosotros aquí, la lucha contra los EE.UU. habría pasado a la historia. Yo incluso diría que si no es por todos esos que se dejan engañar, la lucha contra el imperialismo ya la habríamos ganado.

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